CAZA Y trafico DE FAUNA -mascotismo 

Puede definirse al mascotismo como el deseo o la afición de las personas a tener mascotas o animales de compañía. Históricamente la función de mascota fue cumplida por perros y gatos, y en menor medida con algunas especies de aves, que acompañaron a los seres humanos por cientos de años. Sin embargo, este afecto ha devenido en una terrible práctica que es la comercialización de animales silvestres para cumplir el rol de mascotas.

 

El mascotismo ha generado un enorme tráfico de animales, que son extraídos de su hábitat natural, provocando con ello la disminución y luego la desaparición de especies, y por otra parte, su muerte en la gran mayoría de los casos ya que no resisten el traslado, no pueden adaptarse al lugar donde son encerrados o sus nuevos cuidadores carecen de los conocimientos, recursos o vocación necesaria para brindarles la alimentación y cuidados adecuados. 9 de cada 10 animales silvestres que son capturados mueren antes de ser vendidos.

 

Las aves, algunas por su colorido, por su canto, o por la habilidad para reproducir la voz humana como ocurre con ciertas variedades de loros, son una de las especies amenazadas por el mascotismo, y han obligado al conjunto de naciones a adoptar medidas para detener el tráfico de animales.

 

El artículo 25 de la Ley Nacional N° 22.421 de Conservación de la Fauna prohíbe la caza de animales silvestres cuya captura o comercialización estuviera prohibida por la ley, por lo que la tenencia como mascotas de esta clase de animales se encuentra asimismo vedada. Distintas leyes provinciales siguen este criterio respecto de la fauna silvestre local estableciendo sanciones como multas y decomiso de los animales.

 

La República Argentina ha suscripto y ratificado mediante la Ley N° 22.344 la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Se trata de un acuerdo internacional cuya finalidad es cuidar que el comercio internacional de animales y plantas silvestres no implique una amenaza para su supervivencia. Allí se identifican ciertas especies en peligro de extinción entre las que se encuentran diferentes tipos de aves cuyo comercio se encuentra prohibido, las que su tráfico debe ser controlado y aquellas que se encuentran protegidas por su situación de vulnerabilidad.

 

El mascotismo implica en sí mismo un acto de crueldad penado por la Ley N° 14.346 artículo 3 inciso 7), ya que provoca en forma directa un sufrimiento innecesario a los animales silvestres que son extraídos ilegalmente de su hábitat natural para ser introducidos en otros ambientes extrañaos donde sufren encierro, deficiente alimentación, imposibilidad de contacto con otros de su especie, entre otras tantas situaciones que en muchos casos le provocan la muerte.

 

El Código de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires aprobado por la Ley N° 451 establece en su artículo 1.2.9 que: “El/la que tenga un animal cuya tenencia esté prohibida, salvo con fines de estudio o propósitos científicos o artísticos, y no cuente con autorización de la autoridad competente o venda, tenga o guarde animales en infracción a las normas zoo-sanitarias o de seguridad es sancionado/a con multa de veinticinco (25) a doscientas cincuenta (250) unidades fijas y/o decomiso de las cosas y/o clausura del establecimiento”.

 

Por consiguiente, solo podrán tenerse como animales de compañía aquellos que han sido criados de generación en generación bajo la vigilancia de los seres humanos, evolucionando de tal manera que ya constituye una especie o por lo menos una raza diferente de la forma primitiva que le dio origen.

Historias de Rescates.

GEGE, El Tucán que pudo volver a la selva.

 

En diciembre de 2018, la Asociación Civil de Ayuda a las Aves Pájaros Caídos recibió un pichón de tucán que habia sido comercializado ilegalmente y su comprador arrepentido lo entregó para ser devuelto a la naturaleza.

 

La Asociación puso en marcha un operativo que que recorrió por tierra mas de 1300 kilómetros para devolver a la selva el pichón de tucán que había sido comprado en la Ciudad de Buenos Aires, víctima del tráfico ilegal de fauna.